Para mantener la seguridad de las transacciones financieras y salvaguardar la información confidencial de los clientes, es necesario evaluar patrones, hábitos y datos transaccionales.
Los patrones que indican conductas fraudulentas se encuentran utilizando algoritmos sofisticados y sistemas impulsados por inteligencia artificial. Estos sistemas examinan los datos transaccionales y resaltan comportamientos fuera de lo común para analizarlos más a fondo.
El monitoreo de transacciones en tiempo real permite detectar transacciones sospechosas o riesgosas a medida que ocurren. Se pueden crear alertas que requieran una acción inmediata.
El análisis del comportamiento del consumidor y los patrones transaccionales permite detectar anomalías que podrían ser signos de actividad fraudulenta. Por ejemplo, las notificaciones pueden ser activadas por transacciones inesperadamente grandes o por transacciones provenientes de lugares extraños.
Los servicios de gestión de riesgos utilizan con frecuencia técnicas de verificación de identidad como la autenticación de dos factores (2FA) o la verificación biométrica para garantizar que la persona que realiza la transacción sea el verdadero titular de la cuenta.
Estos servicios emplean análisis de datos para encontrar tendencias, patrones y posibles puntos débiles que los estafadores puedan aprovechar.
Se emplean algoritmos de inteligencia artificial y aprendizaje automático para aprender continuamente a partir de datos nuevos y adaptarse al desarrollo de estrategias de fraude, aumentando la precisión de la detección con el tiempo.
Para mejorar la comprensión de las estrategias típicas de fraude y cómo evitarlas, los servicios de gestión de riesgos y prevención de fraude frecuentemente ofrecen capacitación tanto al personal como a los consumidores.
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